En un partido emocionante y repleto de giros inesperados, la Selección Mexicana logró evadir la derrota y empatar 2-2 con Corea del Sur en Nashville, Tennessee. El encuentro, disputado en el moderno estadio Geodis Park, parecía haber sido arrebatado por los asiáticos después de su remontada a finales del segundo tiempo. Sin embargo, la falta de precisión defensiva de Corea del Sur se convirtió en su peor enemigo, y el habilidoso Santiago Giménez aprovechó ese vacío para marcar el gol del siglo.

La primera parte del partido había sido un duelo bien equilibrado entre dos selecciones que parecían conocerse muy bien. México se adelantó pronto gracias a la visión de Rodrigo Huescas, quien encontró con un pase largo y preciso a Raúl Jiménez en el área rival. El delantero mexicano no dio oportunidad al portero coreano de responder, cabeceando con autoridad para enviar el balón al fondo de la red y abrir el marcador.

La segunda parte del partido vio un cambio significativo en el ritmo del juego, como sucede cuando los equipos buscan aprovechar las oportunidades de gol. Corea del Sur se encontró con un momento de inspiración y logró igualar el partido con un tanto en la 65ª minuto. A continuación, los asiáticos no pararon hasta hacerse cargo del juego y anotar de nuevo en la 85ª minuta, lo que parecía sellar la victoria para ellos.

Sin embargo, la Selección Mexicana no se rindió y se esforzó por encontrar un modo de revertir la situación. A medida que el partido avanzaba hacia el tiempo añadido, México comenzó a ejercer una mayor presión en el área rival, buscando aprovechar cualquier oportunidad de gol. Y fue en ese momento cuando Santiago Giménez se dio media vuelta en la media luna y lanzó un disparo con zurda que se convirtió en el gol del siglo.

El disparo de Giménez no solo marcó el empate, sino que también sumió a los aficionados mexicanos al estadio, quienes celebraron con frenesí el gol agónico. El momento fue tan emotivo que incluso el equipo coreano se unió a la fiesta, mostrando respeto y admiración hacia el habilidoso delantero mexicano.

En última instancia, el partido terminó 2-2, un resultado que refleja la igualdad en cuanto al nivel de juego entre las dos selecciones. Aunque Corea del Sur logró remontar su desventaja inicial, México demostró una gran capacidad para reaccionar y no dejar escapar el partido. El gol agónico de Giménez se convirtió en el momento más destacado del partido, y su habilidad para anotar en el tiempo añadido es un recordatorio de que, en fútbol, nunca se debe dar por vencido.