En el marco de una operación criminal sin precedentes, Hernán Bermúdez Requena, conocido como El Comandante H, encontró refugio en Paraguay durante meses, aprovechando la falta de control fronterizo con Brasil y la ubicación estratégica para su objetivo. Según el investigador y criminólogo paraguayo Juan A. Martens, la falta de un sistema de radares efectivo permitió al exsecretario de Seguridad de Tabasco, presunto líder de La Barredora (grupo vinculado al Cártel Jalisco Nueva Generación), ingresar de manera irregular a ese país sudamericano y instalarse en una zona que hasta el pasado 12 de septiembre era considerada la guarida perfecta para su organización criminal.

La paradoja es que Paraguay, conocido por sus esfuerzos para fortalecer su sistema de seguridad, demostró ser un hueco ideológico para la operación delictiva. La proximidad a centros de producción de drogas y la presencia de facciones del narcotráfico aliadas con El Comandante H facilitaron su estancia en el país. A pesar de que Paraguay es miembro de organismos internacionales como la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Unión Internacional de Policía Criminal (INTERPOL), la falta de recursos y la debilidad institucional permitieron a Bermúdez Requena mantenerse en el país durante meses, sin ser detectado.

La situación se agrava cuando se considera que Paraguay es un país en transición, con una economía en constante crecimiento y un sector servicios en expansión. Sin embargo, la debilidad institucional y la falta de recursos para combatir el crimen organizado han permitido que la delincuencia siga siendo un problema en el país. La falta de cooperación internacional y la debilidad en la implementación de políticas públicas han sido factores clave que han permitido a El Comandante H aprovechar el vacío institucional para instalar su operación criminal.

La investigación reveló que Bermúdez Requena, alias El Comandante H, se instaló en Paraguay con la intención de fortalecer su organización criminal y expandir sus actividades delictivas. Su presencia en el país fue posible gracias a la falta de vigilancia y control fronterizos efectivos, lo que permitió a la organización criminosa movilizar recursos y personas sin ser detectada.

La situación es gravísima cuando se considera que Paraguay es un país clave en la región sudamericana, con una posición estratégica para el tráfico de drogas y el narcotráfico. La debilidad institucional y la falta de recursos han permitido a El Comandante H aprovechar el vacío para instalar su operación criminal, lo que puede tener consecuencias graves para la región.

La pregunta es qué pasará ahora que El Comandante H ha sido detectado y arrestado. ¿Será suficiente con su detención para revertir la situación o se necesitarán medidas más profundas para combatir el crimen organizado en Paraguay? La respuesta solo podrá darse cuando se tenga un panorama claro de las acciones que se han tomado y se evalúen los resultados.