La lucha contra la violencia armada registró un importante avance en México en el año 2025. Según datos oficiales, los homicidios dolosos descendieron en un 32% respecto al año anterior, lo que significa una reducción de 27 casos diarios en comparación con septiembre de 2024. Esta meritoria cifra fue destacada por la presidenta Claudia Sheinbaum en su conferencia matutina, donde expresó su satisfacción por el logro y reiteró la determinación del gobierno para seguir trabajando hacia una reducción aún mayor.

La estrategia de seguridad implementada ha sido clave para este progreso. Al entender que la violencia armada está estrechamente relacionada con las causas de desigualdad en la sociedad, el gobierno ha enfocado sus esfuerzos en atender a las raíces de esta problemática. Esto ha implicado un aumento en la inversión en programas sociales y económicos que buscan mitigar la pobreza y la marginación.

Además, se han fortalecido los mecanismos de seguridad estatales, como la Guardia Nacional, para que sean más efectivos en su capacidad para prevenir y combatir la violencia. Esta estrategia ha demostrado ser exitosa, ya que la tasa de homicidios dolosos ha disminuido significativamente.

La reducción en los homicidios dolosos es una noticia positiva para las familias y comunidades afectadas por la violencia armada. Esto significa que más personas pueden vivir sin el temor constante de ser víctimas de un crimen violento, y que los niños pueden crecer con mayor seguridad en sus barrios y ciudades.

Aunque es importante celebrar estos logros, también es necesario reconocer que todavía hay mucho trabajo por hacer. La violencia armada sigue siendo un problema estructural en México, y cualquier retroceso o estancamiento puede ser peligroso. Por lo tanto, el gobierno debe mantener su compromiso con la lucha contra la violencia armada y seguir implementando políticas efectivas para abordar sus causas profundas.

En este sentido, la presidenta Sheinbaum ha señalado que es necesario «atender a las causas de la desigualdad» para combatir la violencia armada. Esto implica un enfoque más integral y sostenible que vaya más allá de simplemente aumentar la presencia policial o militar. En lugar de eso, se requiere un abordaje complejo que combine medidas sociales, económicas y políticas para mitigar las desigualdades y promover la justicia social.

En resumen, la reducción en los homicidios dolosos es un avance importante en la lucha contra la violencia armada en México. Sin embargo, es fundamental que el gobierno siga trabajando hacia una reducción aún mayor y aborde las causas profundas de esta problemática para crear un futuro más seguro y próspero para todos los mexicanos.